Yo nací el 15 de septiembre de 1996, en Ventura, California; en una familia muy amorosa. Los primeros dos años de mi vida los viví en Oxnard, California; junto a mi padre Romualdo Contreras Pérez y mi madre María Elena Pérez Muñoz. A mi mama nunca le agradó vivir en USA, así que ella y yo regresamos a Michoacán en una localidad llamada Indaparapeo, con mis abuelitos maternos Enrique Pérez y María Ester Muñoz. Mi mama con el dinero que mi papa le mandava de USA lo administro para poder fundar una papelería y así mi papa se pudo venir a México, ya no estando lejos de nosotras.
Cuando yo tenía la edad de 4 años estaba muy emocionada porque tendría un hermanito o hermanita, pero un poco triste porque nos mudaríamos a Querendaro lugar el que he llegado a querer. El 31 de julio del 2000 recibí una gran sorpresa ya tenía un hermanito, el cual se llamaría Jorge Enrique Contreras Pérez, mis papas nunca han sido de la idea de ponerle dos nombres a sus hijos pero en esta ocasión sí, ya que mi mama quería el nombre de Enrique por mi abuelito y mi papa Jorge por mi tío; y al final el juez viendo este dilema le dijo a mis papas que porque no los dos, y así fue nombrado mi pequeño hermanito.
Cuando llegamos a Querendaro mi mama me metió inmediatamente al preescolar “niño artillero”, el primer día no quería ir a la escuela tenía miedo de no hacer amigos o que pasara algo por estar lejos de mi mama, pero cuando llegue muchos niñitos me empezaron a hablar y se terminó el miedo. Recuerdo que una vez no quise ir a la escuela por la ropa que mi mama me había puesto, era una niña muy caprichuda. Cuando salieron los de la generación más grande que yo la maestra me pidió que dijera las palabras de despedida, mis papás están muy orgullosos de mí en la forma en que lo hice. a mí me tocaba cursar otro año, pero yo ya savia hacer cuentas y ya identificaba las letras así que mi abuelito Enrique me llevo a la SEP para hacer un examen y gracias a Dios lo pase y pude entrar ese mismo año a la primaria “José María Morelos”, aunque yo quería entrar a la publica mis papas me metieron a ese colegio.
Ese mismo año me dieron la sorpresa que tendría un hermano nuevo, yo estaba muy feliz pero yo quería una hermanita ya no quería otro hermano. El 23 de agosto del 2002 tuve lo que más quería una hermanita llamada Diana Contreras Pérez. Cuando mi hermanita nació mi mama se quedaba en Indaparapeo para que mi abuelita la cuidara, así que me tenía que despertar muy temprano para poder llegar al colegio. El primer año me sentía muy triste porque mi mama no tenía mucho cuidado en mí, ya que como mi hermana estaba pequeña necesitaba más cuidados y los responsables de mi eran mis abuelitos maternos. Los 3 años estuve en el colegio siempre participe en concursos académicos y siempre gane los primeros lugares.
En 3º grado de primaria mis papas me cambiaron por fin a la escuela pública, ahí siempre destaque por ser una niña muy dedicada en mis estudios, y muy amigable. En 5º me exigieron para estar en la escolta y fui también a participar en la “olimpiada del conocimiento” la cual a nivel zona gane el primer lugar y a nivel estatal el cuarto lugar mis papas estaban muy orgullosos de mí. El día de nuestra clausura si las palabras de despedida las di tan emotivas que todos mis compañeros, maestros y mis papás lloraron de alegría.
Era tiempo de entrar a la secundaria yo me sentía una niña grande, entre a la escuela Secundaria Técnica 26 de Querendaro, ahí conocí una de mis mejores amigas Stephania Ruiz, pero nunca deje a un lado a mi amiga Lizbeth Bustos la que ha sido mi amiga desde los 5 años y aún lo sigue siendo y lo seguirá siendo. Aunque me encantaba esta escuela, por todos mis amigos, tuve que cambiarme al colegio “José María Morelos”. De nuevo tenía miedo de no caerles bien a los demás, pero sabía que pondría mi mejor desempeño para llevarme bien con todos. El día que llegue a mi nuevo colegio todos se me quedaban viendo, estaba más nerviosa de lo que podía imaginar, la madre directora me llevo a conocer la escuela y después me presento a Jania García Loeza para que me pusiera al corriente de mis tareas, sin pensarlo de que ella sería mi gran amiga de hecho le tome cariño como una hermana. Salí la secundaria con un promedio de 9.6, extraño demasiado a mis compañeros y a mis maestros, esa escuela me dejo grandes enseñanzas.
Era turno de cursas la preparatoria, yo escogí el Bachillerato “Doc. Ignacio Chávez” porque al parecer tiene un buen nivel académico, no creí quedar ya que se dice que es muy difícil ingresar; pero al parecer a mí no me fue tan mal al inicio tuve el lugar 7 de todos los ingresados, ahora mi meta ya no es entrar sino permanecer dentro de esta siendo una excelente alumna y persona dentro del plante.
Quiero terminar mi bachillerato, para sí empezar mi universidad siendo una gran doctora internista.
Pero lo más importante tratar de mejorar día a día para ser una mejor persona junto a mis seres queridos.